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Showing posts from September, 2010

El libro electrónico al rescate de la literatura en español (2)

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Continúo con lo que empecé en la entrada anterior . No quiero decir que la literatura electrónica vaya a salvar a todas las editoriales, o que el número de escritores profesionales con ingresos dignos se vaya a multiplicar. Es más, hay preocupaciones legítimas sobre la forma en que se han asentado los ebooks . Sin embargo, la literatura digital sí puede acercar a cantidades de lectores a muchos libros antes imposibles de conseguir. Y también puede producir nuevas fuentes de ingresos para los escritores. La pregunta es cómo dirigir esos ingresos hacia los autores. Se han desarrollado algunas adaptaciones a los cambios en el acceso a la literatura. Dos de ellas las ha implementado un escritor puertorriqueño, José Borges; para la primera, usaré como ejemplo a Carlos Castillo Quintero, un escritor colombiano. Carlos Castillo tiene un libro de cuentos llamado Carroñera y otras ficciones perversas . Cuesta entre 10 ( portada blanda ) y 16 ( portada dura ) dólares. Más los fletes, y ya

El libro electrónico al rescate de la literatura en español (1)

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“En la mayoría de los casos, un escritor chileno sabe tan poco de la literatura ecuatoriana como de la vietnamita”. Esta cita de Andrés Neuman ( Pequeñas resistencias 3 [2004], p. 38) es una de tantas permutaciones de un lamento que se oye con frecuencia sobre el archipiélago literario que es América Latina. De verdad que es difícil saber desde Colombia, por ejemplo, lo que se publica en Venezuela o en Perú. Muchos dicen que la solución, aunque parezca paradójica, es pasar por España para cruzar una frontera dentro de Latinoamérica. Neuman también tiene una objeción a esa posibilidad, y es válida: “los libros impresos en España suelen ser inaccesibles al cambio en moneda nacional”. El libro que estoy citando, por ejemplo, cuesta 22 euros , que al momento de escribir esto son 27 dólares y más de 50,000 pesos colombianos. No es un costo exagerado (como sí lo suele ser el de los libros de Gredos), pero por ese precio es fácil encontrar tres libros en Amazon y comprar tres novelas de Pun

La agonía del cuento en ebook

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Terminó la agonía del cuento. Me refiero a la serie de notas, que empezó con una presentación general y seis pasos después llegó a una reseña de Se habla español . Por cortesía de HermanoCerdo , la serie se transmutó en un ebook . Confieso que me gustó mucho esa idea, porque justo cuando ha ido en aumento mi entusiasmo por los ebooks me encontré incursionando en ese mundo. La idea nació con René López Villamar  y, gracias a su eficiencia y apoyo, en una semana ya se había convertido en un documento que se puede descargar en EPUB y MOBI. Ambos formatos están disponibles a través de esta página . Si no pueden abrir esos archivos, el software Calibre (disponible aquí ) funciona muy bien. Kindle for PC , una creación de Amazon, también sirve para el formato MOBI (de hecho, es el programa que yo uso para los libros electrónicos). En todo caso, si les ha gustado la serie, les recomiendo el ebook . Aunque el grueso del libro electrónico lo constituyen las siete notas de las últimas seman

Se habla español

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(Se publicó primero en la revista HermanoCerdo , aquí ) Concluyo este recorrido con la más vieja de las antologías que he reseñado: Se habla español. Voces latinas en USA . La publicó Alfaguara en el año 2000, y la editaron dos escritores cuyos cuentos también formaron parte de la colección: Edmundo Paz Soldán y Alberto Fuguet. Todos los 36 textos, uno por autor, están relacionados con Estados Unidos de alguna forma. Ciertos tipos de cuentos se repiten en la antología. Por ejemplo, encontramos experimentos insípidos, con episodios más o menos aislados que se unen alrededor de todo tipo de estructuras, como un diccionario de Spanglish o el cascarón de un ensayo académico que hospeda un diálogo entre el autor y un amigo. Se incluyeron numerosas historias de profesores, como “Esperando en el Lost and Found” (81-88), de Santiago Vaquera Vázquez. También hubo algunas de escritores, como “Seven veces siete” (171-175), de Francisco Piña. De hecho, dos obras con esta temática fueron mis favo

Los centroamericanos

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(Se publicó primero en la revista HermanoCerdo , aquí ) Luego de terminar con Pequeñas resistencias , volvemos a América Central, esta vez a una antología de autores centroamericanos publicada en Guatemala y editada por un centroamericano. El libro se llama Los centroamericanos (antología de cuentos) y lo editó José Mejía, quien escogió los veinte cuentos, uno por autor. Alfaguara lo publicó en 2002, un año antes de que saliera al mercado el segundo volumen de Pequeñas resistencias . Hay algo de la política editorial que me disgustó: Mejía incluyó comentarios sobre cada autor y cada cuento antes del texto. Mucho menos despótico es Seymour Menton, que los agrega al final del cuento en su antología El cuento hispanoamericano . En estas notas de Los centroamericanos , Mejía nos intenta contagiar de su emoción por un texto, pero suele compartir detalles e interpretaciones que predeterminan la lectura del cuento. En vez de criticar el contenido de estos comentarios, me limito a compartir

Pequeñas resistencias (cuatro)

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(Se publicó primero en la revista HermanoCerdo , aquí ) Con el cuarto volumen de Pequeñas resistencias , el enfoque pasa a Norteamérica y al Caribe. Así, en menos de cuatro años se completó el recorrido por el mundo iberoamericano. Haberlo hecho en tan poco tiempo es una hazaña. El cuarto volumen continuó con el criterio editorial que fue más común en la serie: los autores debían haber nacido a partir de 1960 y publicado por lo menos un libro de cuentos. Se escogieron cantidades distintas de textos de cada país: tres de República Dominicana, tres de Puerto Rico, seis de Cuba, nueve de México y nueve de Estados Unidos. Con estos treinta escritores, la serie alcanzó el total de 170. Los tres editores del volumen destacaron la variedad de los cuentos y los autores, y también se refirieron a la dificultad de publicar ficción breve. Uno de ellos comentó que, por las demoras para publicar los libros de cuentos en el mercado latinoamericano, los libros de cuentos en México “funcionan mejor

Pequeñas resistencias (tres)

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(Se publicó primero en la revista HermanoCerdo , aquí ) Llegué al tercer volumen de Pequeñas resistencias con expectativas muy altas. Para empezar, las cifras eran dicientes: los volúmenes anteriores habían seleccionado entre 45 millones de personas (España) y entre 42 millones de personas (los seis países centroamericanos recogidos en el segundo volumen). En los nueve países suramericanos del tercer volumen, los editores podían escoger entre más de 195 millones de habitantes. Eso se traduce en una mayor cantidad de potenciales escritores. Y, más allá de eso, estaba el prestigio del que gozan los cuentos de Suramérica, especialmente de Argentina. Los criterios editoriales en este volumen retornan a los del primero de Pequeñas resistencias : la edad importa (son escritores nacidos desde 1960) y cada autor debe haber publicado por lo menos un libro de cuentos. Como en el volumen anterior, se recoge un cuento de cada autor, lo que hace que las muestras fluctúen: por ejemplo, de Claud

Pequeñas resistencias (dos)

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(Se publicó primero en la revista HermanoCerdo , aquí ) Una particularidad del segundo volumen de Pequeñas resistencias , comparado con el primero , salta a la vista: nos encontramos ante el doble de autores. Son sesenta escritores en este segundo volumen, tomados en igual número de seis países: Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Panamá. Vemos también otras diferencias con el primer volumen: ya no hay poéticas personales (qué bueno), se incluye un solo cuento de cada escritor y hay autores de edades más variadas. Lo último se debe a que no fue un requisito que los escritores hubieran nacido en cierta fecha, sino que hubieran publicado cuentos desde 1960. El efecto de seleccionar un solo cuento de cada autor es significativo. Al permitirnos leer múltiples textos por escritor, el primer volumen de Pequeñas resistencias daba cuenta de un autor y de una voz narrativa. En el segundo volumen, nuestro contacto con el escritor depende de un solo texto (ojalá el mejor

Pequeñas resistencias (uno)

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(Se publicó primero en la revista HermanoCerdo , aquí ) No se equivoca uno de los editores de Pequeñas resistencias cuando dice, en el prólogo al tercer volumen, que la serie se convirtió en un “atlas del cuento contemporáneo en lengua española” (13). Al cierre del cuarto volumen, la serie había recopilado 214 cuentos de 170 escritores, a lo largo de 1,679 páginas. Es un proyecto ambicioso. Pequeñas resistencias buscó presentar un retrato del cuento hispanoamericano contemporáneo, a partir de autores nacidos desde 1960. (El segundo volumen se aparta de este criterio). Varios de los escritores pasaron a integrar con mucho prestigio el mundo de las letras en España y América Latina. Uno de ellos es Andrés Neuman, a quien la serie identifica como “padrino y mentor” (V. 3, p. 15). Neuman llegaría a ganarse años después el Premio Alfaguara de Novela, y es una presencia constante en Pequeñas resistencias : autor y editor en el primer volumen, editor en el tercero, prologuista en los demá